Cómo una mentalidad innovadora le da forma al futuro
La semana pasada hablamos de cómo la deep tech se está convirtiendo en el enfoque y la mentalidad que definen la mayoría de las innovaciones y start-ups que se han visto en los últimos a?os; de cómo este enfoque orientado a los problemas resuelve algunos de los problemas inherentes al modelo de innovación que se popularizó durante la década de los 80; de cómo la imagen pública de los emprendedores y las empresas; y cómo algunos de estos proyectos consiguen competir con otros que reciben una financiación sustancialmente mayor a través de los gobiernos e implican incluso a coaliciones de países para conseguir resultados similares.
Para esta segunda parte, le echaremos un vistazo a la parte financiera del fenómeno y cómo estos proyectos han captado la atención de los inversores en comparación con a?os y proyectos basados en modelos de innovación anteriores, para pintar completamente el cuadro de cómo esta mentalidad le está dando forma al futuro.
Captar la atención
Para encontrar pruebas concluyentes de que la tecnología profunda está pisando fuerte entre las startups y los innovadores, no hay que buscar más que el sentimiento y la reacción de los inversores ante el creciente número de proyectos que se lanzan cada a?o. Un informe publicado por BCG y Hello Tomorrow a principios de este a?o muestra cómo las inversiones totales en Deep Tech han ido creciendo de forma constante desde 2016 y han alcanzado más de 60 mil millones de dólares en 2020 (lo que representa un aumento de más del 11% en comparación con 2019), que se eleva por encima de la media de financiación alcanzada por las start-ups sin deep tech. Esto significa que el aumento de la financiación está relacionado con un aumento del número de proyectos lanzados y con su creciente atractivo para los inversores.
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Este comportamiento suele estar vinculado a los inversores privados que dan un salto de fe con enfoques nuevos e innovadores, pero el principal cambio que se puede observar en 2020 es el aumento de la participación de las inversiones corporativas en esta oleada de start-ups. Naturalmente, si el número de proyectos deep tech totales sigue aumentando, pero el recuento de inversiones privadas se reduce, es una se?al de que la participación corporativa está en aumento, lo que coincide con la tendencia reciente de un mayor interés de las grandes empresas en los sectores económicos impulsados por la tecnología como blockchain, criptomoneda, activos digitales, Internet de dispositivos, y muchos más.
Asegurar las ideas
Otro aspecto importante de las start-ups deep tech que las diferencia de la anterior ola de innovación y genera un gran interés por parte de los inversores es la tendencia a presentar patentes para proteger su tecnología. La exclusividad de las soluciones desarrolladas se traduce en ingresos seguros, puesto que la mentalidad basada en el problema garantiza menores riesgos de mercado y además despierta un sentimiento de urgencia por parte de los inversores para poder recibir una fracción de dichos ingresos. Esto se debe a que el informe también muestra que la inversión en capital es la parte de la financiación que ha mostrado un crecimiento más estable en los últimos a?os.
Por supuesto, el otro punto de vista para este fenómeno podría ser que la exclusividad de las tecnologías desarrolladas podría generar un aumento de la privatización del mercado, puesto que los inversores corporativos poseen capital en soluciones protegidas por patentes. Sin embargo, el aumento del número de proyectos ayuda a combatir esta posibilidad desfavorable a través de alternativas en forma de múltiples patentes en competencia para soluciones que resuelven problemas similares o en el 30% de los proyectos que se liberan como solución de código abierto.
Sin embargo, parece que uno de los problemas que se observan en los proyectos sin deep tech reside en esta nueva mentalidad: la falta de diversificación en los sectores y, por tanto, en la inversión. El claro sesgo del gasto en I+D por la informática, la electrónica y la sanidad que mencionábamos en la primera parte se traduce en que los sectores de las ciencias de la vida y la inteligencia artificial se llevarán hasta dos tercios de la financiación total que recibirán los proyectos deep tech en 2020.
Teniendo en cuenta que la diversificación es el principal reto y, en consecuencia, el principal motor de las start-ups de deep tech, es posible que veamos una oleada de aún más start-ups escalando posiciones y obteniendo una importante financiación si se plantean resolver necesidades no cubiertas en sectores como el transporte o la generación de energía. Ambos son problemas que preocupan a muchos países desde hace décadas y han tenido un desarrollo relativamente escaso tanto de las start-ups de innovación tradicionales como de los gobiernos a través de la financiación estatal.
Si cada startup se pone las pilas para diferenciarse de la competencia y de las alternativas que no cuentan con deep tech, se pueden abrir puertas en cada panorama tecnológico para que surjan nuevas soluciones y aplanar el camino para futuros desarrollos, momento en el que el foco se desplaza a nuevos problemas y el ciclo innovador de la deep tech continúa.
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